Trabajar en la oficina es más fácil de lo que parece; solo es necesario aceptar que lo imposible sucede cada día, que la mayoría de compañeros están pero son virtuales, que es divertido hacerlo sin lo indispensable y que aquello de "sonríe que maña será peor" es una certeza. Aunque como dicen algunos ¿qué se puede esperar de un día que empieza por tener que levantarse? Y aún así nos empeñamos en comunicarnos, resolvemos dudas, sea con Google, sea preguntando al interlocutor, del que seguro aprendemos cosas.
Pero una vez superada la etapa del idioma, lo importante es saber si la información ha llegado, así que lo mejor es preguntar directamente a quien debe haberla recibido:
o en este caso en el que además nos ofrecemos para aclarar posibles dudas
de todos modos lo mejor es que ya te digan que por mucho que preguntes, no te van a responder, ahorra tiempo y esfuerzo
aunque siempre causa satisfacción cuando la comunicación es factible y hay una respuesta, especialmente si aprendemos con ella y es que parece ser que en México las máquinas se recolectan y al importarlas se monta una papelería. Cosas del idioma:
Superada esta etapa de comunicación nos queda un mundo por recorrer; al fin y al cabo como dijo W. Churchill "el éxito es la habilidad de ir de fallo en fallo sin perder el entusiasmo."
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