Hay varios criterios para clasificar una empresa pero cualquiera que sea llega un momento en la que si todo va bien hay que ampliar la plantilla. La empresa tiene su cultura propia y quien desee integrarse en ella debe saber lo que se va a encontrar y durante la entrevista preguntar, inquirir y descifrar las crípticas respuestas para destilar lo que realmente se considera "propio de la casa". Suelen las empresas preguntar primero, como si el mero hecho de ofrecer un trabajo diera derecho a ningunear al candidato y desarmarlo cosiéndole a preguntas, que el aspirante a empleado responde lo mejor que puede intentando no contradecirse.
Las selecciones son duras, pero no exentas de momentos de sonrisa o franca y sonora risa. La lectura de los CV y sus cartas de acompañamiento pueden ser fuente de comentarios que acaban circulando por el departamento de personal, eso si, preservando la intimidad del candidato que en estos casos ha pecado o de ingenuo o simplemente de vago al no releer lo que envía.
Así, por ejemplo, la empresa sonreirá cuando vea que la casualidad hace que A.Kidane K nacido en Addis Abeba y por tanto etíope, viva en la actualidad en la Plaza de la Antigua Morería en Valencia y tendrá fácil la decisión de no contratar a Antonio V.S., soltero de 21 años que en su CV y tras explicar su vida profesional declara abiertamente en su situación actual: "Actualmente me encuentro desempleado y dispuesto a incorporarme si así fuera necesario". De haber leído su CV antes de enviarlo con un espíritu crítico ya tendría trabajo, o quizá es que no lo pretendiera o pensaba hacerlo echado; suerte que podía justificarlo:
Posiblemente el subconsciente le había prevenido y la empresa no era la que él buscaba. Sería una empresa tipo X y no tipo Y por no hablar de una japonesa tipo Z.
Hoy hay pocas empresas X, tipo de compañía que Douglas Mc Gregor (1906-1964) justificaba basándose en 3 suposiciones sobre la naturaleza humana:
1.- el hombre común siente aversión innata hacia el trabajo y hace
todo por evitarlo.
2.- es pues necesario obligar, controlar, dirigir y amenazar para que
se trabaje. Como las promesas no bastan es necesario el castigo.
3.- el hombre común prefiere ser dirigido, evitar responsabilidades,
tiene poca ambición
Sin embargo la jerarquía de necesidades de Maslow le llevó a proponer la "teoría Y", que desde entonces las empresas han visto como mejor modelo al integrar la dirección por objetivos, la ayuda a superar obstáculos y el salario en función de resultados y no únicamente a criterio del superior.
Es posible que la teoría Z que pasa por incluso buscar novia al empleado sea vista como demasiado protectora por los candidatos. Lo cierto es que en cualquier caso deben "venderse" bien aunque sin exagerar ya que los genios son mal vistos en las empresas. Y los grandes optimistas ... no tienen los pies en el mundo real.
La siguiente fue enviada al Director de la Feria Climatización y no tiene desperdicio, lamentablemente la calidad es baja, pero vale la pena el esfuerzo.
PS
acaba con una PS pidiendo entradas gratis para la feria actual y futuras ediciones.
Si, hay candidatos que logran que se hable de ellos, pero no consiguen el puesto.
¿Se pasaron de listos? No, son así. Por desgracia. Y es real.
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